
La Región Amazónica, pese a ser la mayor reserva de biodiversidad, presenta una situación crítica en materia de seguridad alimentaria debido a la poca disponibilidad de alimentos e insuficiente acceso de la población a fuentes alternativas de empleo; lo cual la mantiene en condiciones de marginalidad, con altas carencias y necesidades.
Décadas anteriores, la mayoría de los pueblos indígenas estaban asociados con una gran heterogeneidad adaptativa que se manifestaba en patrones de autosubsistencia que podían considerarse, como estrategias socioculturales y ambientales para aprovechar numerosos ecosistemas sin destruir o modificar significativamente su condición natural.
Estas estrategias representaban modelos estables por basarse en patrones demográficos y espaciales propios. Como consecuencia, la intervención ambiental en espacios abiertos estuvo por debajo de los umbrales críticos de recuperación ambiental.
No obstante, este baluarte cultural ha venido disminuyendo por los cambios generados en los últimos cincuenta años, situación que ha socavado las capacidades regenerativas del bosque, causando un deterioro muy acelerado de los ecosistemas naturales, así como han alterado las tendencias demográficas tradicionales y pérdida de los conocimientos ancestrales con respecto al uso sostenido de los recursos naturales.
En este sentido, los conucos individuales toman predominancia sobre los colectivos, multiplicando los claros en el bosque; el monocultivo para la producción de excedentes gana importancia sobre el cultivo tradicional.
Por otro lado, hay agotamiento de recursos faunísticos por ser utilizados como complemento alimenticio y proteína animal.También el rendimiento del suelo decrece creando un agotamiento local de los recursos, generando severos impactos en la biodiversidad del Amazonas.
Es fundamental el uso de prácticas agroecológicas que sean congruentes con las prácticas ancestrales; el propósito es articular la manera que cultural e históricamente las poblaciones indígenas obtienen los recursos necesarios para vivir con las tecnologías alternativas.

Theobroma Grandiflorum (Copoazú)
Es un árbol que puede alcanzar hasta 18 metros de altura y se encuentra en el bosque tropical húmedo. El fruto tiene múltiples usos dentro del cual cabe resaltar la semilla, la cual puede ser utilizada para la fabricación de chocolate o cupulate.
El copoazú tiene más pulpa que semilla, aspecto que constituye una ventaja con relación al cacao. La pulpa tiene altos contenidos de calcio, fósforo y vitamina C.
Actualmente tiene muchas aplicaciones industriales, tales como la elaboración de néctares, gelatinas, compotas y dulces, pues tiene un elevado valor en pectina y acidez. Inclusive, empresas como Garoto de Brasil, lo utilizan para la fabricación de chocolate blanco.
Para el caso del copoazú, la fruta tiene un elevado nivel nutricional manifestado principalmente por su alto porcentaje de acidez y vitamina C en la pulpa y altos contenidos proteicos en la semilla.

El copoazú propicia parcelas agroforestales similares a los bosques originales; al simular el ecosistema bosque garantizando refugio para la fauna local. Se estima que una hectárea de cultivo agroforestal evita la deforestación de al menos cinco hectáreas.
La idea es que sirva como complemento a los cultivos de yuca y plátano, de esta forma se pueden repoblar áreas que han sido dedicadas al conuco.
Con los residuos que se generan por otros cultivos, se recomienda para hacer un proceso de compostaje que puede servir para los requerimientos nutricionales del copazú. De esta manera se obtiene un mayor rendimiento por cultivo y se disminuye la dependencia de insumos adicionales.
La producción, transformación y comercialización del fruto puede generar importantes oportunidades para la generación de empleo y fortalecimiento de comunidades.Todos los productos que se derivan tales como néctares, chocolate, licores y otros tienen alto valor agregado y buena aceptación por parte del público consumidor, al ser considerados orgánicos y exóticos.
En este sentido, la zona de cultivo puede significar para las poblaciones beneficiarias dos formas principales de ingreso: consumo o abastecimiento y ahorro e inversión sostenida.
Se trata de un ahorro a largo plazo, a causa del crecimiento de la cosecha (se efectúa por temporadas), esto garantiza la sostenibilidad del ambiente, pues, el aprovechamiento de la tierra se planifica de acuerdo con el principio del rendimiento sostenido.Éste establece, que las cosechas se ejecuten teniendo presente el mantenimiento de la tierra, año con año, su capital forestal y por ende su capacidad productiva. En efecto, la producción debe ser media para mantener el área de cultivo en bajo nivel de degradación.
